La baja producción científica y tecnológica en las IES y la débil articulación con el sector productivo.
Lo poca adquisición de medios tecnológicos y la inapropiada utilización de nuevas tecnologías en los procesos administrativos.
La poca adquisición y baja utilización de nuevas tecnologías en los procesos académicos.
El presupuesto destinado no alcanzan al 1% del PIB que se sugiere como inversión mínima en cada país.
Las políticas de financiamiento educativo de la investigación no confieren el sentido real del “overhead” como posibilidad para que las universidades cuenten con recursos para financiar un número creciente de proyectos de investigación como también a proyectos de prestación de servicios y consultorías, en oposición a las contrapartidas que terminan descapitalizando los fondos de las universidades destinados a la financiación de proyectos de investigación.
Lo poca adquisición de medios tecnológicos y la inapropiada utilización de nuevas tecnologías en los procesos administrativos.
La poca adquisición y baja utilización de nuevas tecnologías en los procesos académicos.
El presupuesto destinado no alcanzan al 1% del PIB que se sugiere como inversión mínima en cada país.
Las políticas de financiamiento educativo de la investigación no confieren el sentido real del “overhead” como posibilidad para que las universidades cuenten con recursos para financiar un número creciente de proyectos de investigación como también a proyectos de prestación de servicios y consultorías, en oposición a las contrapartidas que terminan descapitalizando los fondos de las universidades destinados a la financiación de proyectos de investigación.
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